miércoles, 27 de agosto de 2008

"The Queen Is Dead" de The Smiths, todo lo que comienza como comedia termina como tragedia ...


Hubo un tiempo en el que creía que The Smiths era un grupo alegre. Era el tiempo de los primeros ciclos en la uni.
Escuchaba sus canciones y así de pronto todo parecía ponerse bien. Este disco era el perfecto antídoto para mis depresiones adolescentes. A veces vagabundeaba por toda la universidad solo con la voz de Morrissey en los oídos. Compré de manera ansiosa cada uno de los discos que ofrecía la señora afuera de la universidad hasta completar mi colección.

En ese tiempo de alergias y clases matinales solo me bastaba ponerle play a este disco para que el día mejore y así, arrullado por su música, las tardes se presentaban más tranquilas.

Eso hasta que se me ocurrió traducir las siguientes líneas de There Is a Light That Never Goes Out, mi favorita de este disco.
Aquellas que dicen "y si un autobús de dos pisos nos choca, morir a tu lado sería una forma celestial de morir, y si un camión de diez toneladas nos mata a los dos, morir a tu lado, bueno, el placer, el privilegio sería mío".
Ese mismo día me convencí de que The Smiths iba a convertirse en mi grupo favorito y este disco el inganable.
Constaté que las letras de Morrissey eran más bien tristes y que la comedia solo era un disfraz para la tragedia. Este disco es algo así como que la festiva y enfermiza celebración de muertes sucesivas. De la reina como figura literaria, pero también de su generación, de sus antiguos ídolos, de la música, de su pasado.
De pronto la pronta alegría que envolvía sus discos se convirtió para mí en sufrimiento. Dejé de escucharlos por un tiempo, pero luego rendido volví a la música y a las letras de aquel grupo fenecido.
Aún ahora me sigue sorprendiendo la vigencia del The Queen is dead, un disco que fue grabado hace más de veinte años y que parece editado recién ayer. Aquellas letras entre graciosas y tristes parecen delinear el presente, casi como si Morrissey hubiera encarnado a un profeta, anunciante de la muerte.
Y aunque el disco le cante a la tristeza a mí ahora me pone alegre. Un poco porque me recuerda a aquella época de malentendidos felices en el que bastaba solo este disco para ponerme bien. Me pone feliz porque es la confirmación de que Morrissey no era para nada un profeta, sino el mismísimo dios.




The Smiths : "There Is A Light That Never Goes Out".

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